30.12.07

El Militante... nunca es demasiado, hablar de él.

Leyendo otros Blogs, encontré una nota que escribió un joven MOISÉS OLIVA, de los JÓVENES K de RIO CUARTO, CÓRDOBA, que es menester compartir, difundir, repetir hasta el cansancio, por la importancia de esta, más que descripción, declaración de principios, de aquello en lo que creemos, aquello que justamente llevamos hasta en el nombre.
"Él no está por interés comercial, él no se alquila. Él cumple, sencillamente cumple.Él sabe lo que es volver de madrugada llevando encima la mezcla colorinche de miles de gotas de pintura. A él alguna vez le dolieron las manos arrugadas de engrudo, cuando el frío salió con él y se mantuvo firme a su lado, a lo largo de alguna pegatina.Él volvió y vuelve casi siempre tarde, cuando sus hijos duermen, cuando ella, su compañera, su esposa, su madre lo está esperando con el plato de humilde guiso caliente y el beso reparador; y él sabe también de a ratos, lo que es comer solo, porque "bueno, ya es demasiado tarde, quedate en la cama que yo como y voy."
Él a veces regresa temprano, y sus vecinos se asombran de verlo. Lo miran, lo señalan con el dedo: ahí el PERONISTA, y lo que va ahí en realidad no es sólo el peronista, sino el MILITANTE.
Él habla de política en todas partes, él es el que vende las rifas, el que invita a una peña, el que convoca a una charla de doctrina y el que a veces, puede llegar a aburrir, ya que el que no milita, no lo entiende, lo ve como un personaje, aunque él no quiere serlo.
El militante defiende al peronismo en todas partes, en todo momento. Sabe que tal o cual dirigente es un chanta, lo afirma en la Unidad Básica,o en el sindicato, siempre que hable con otro peronista. Pero atención, en las reuniones familiares, en el colectivo o en cualquier otro lugar en que un contra le critica ese dirigente, saca la espada y pelea como si fuera un hermano; lo hace porque de esa manera defiende al peronismo.
El miltante compra la tela, y es por lo general su madre, su esposa o su hermana quien hace la bandera. A él se le ocurren las consignas, llega con su orquesta ruidosa de bombo, garganta y corazón, y pone ritmo y color en cada acto Peronista.
El mantiene viva la fuerza de nuestro movimiento, él organiza la misa por los caídos, los que un día fueron como él y él sabe, sí lo sabe; que quizá algún día sea como ellos.
El militante es una mezcla de abeja y de jaguar que trabaja y canta a veces en voz alta, a veces en voz baja, narrando historias, organizando algo, arrimando su granito de arena a la gran construcción de nuestra patria.
Él todo lo hace por amor, quiere que su pibe se llame Juan Domingo por amor al General, a su hija le puso María Eva, por amor a ella, a Evita.
Sí, el militante todo lo hace por amor y sabe de la ingratitud. A él le acusan "vos andás detrás de algo, dale en qué curro andás??" y "te acomodaste?" Él no responde. Sigue con bronca, brama, putea; porque él no quiere nada raro. Es más, él siempre pierde si de guita se trata. Es él el que paga las rifas, paga el café, viaja y paga el colectivo. Es el que pierde las horas extras, es el que pone para sacar el volante, para comprar la pintura, para las brochas, la corona del familiar muerto de un compañero de trabajo, para pagar el local y si alguien lo pecha, él saca y da.
Es el arquetipo del voluntario, todo lo da a cambio de la satisfacción del deber cumplido.
Es como el hornero que canta y trabaja, construye y canta. Cuando llame a su casa, o lo vea por la calle, no pase indiferente. El militante necesita de su afecto porque él no especula nunca y aunque no lo demuestre, a veces se siente solo. Y si bien él ya sabe que usted lo quiere, además necesita un cachito de afecto que de vez en cuando, además de quererlo y valorarlo, ud. compañero, se lo diga"