César Cardozo, de AEM estuvo participando toda la semana en la Cumbre de los Pueblos, Tucumán, y nos trajo para compartir estas declaraciones:
DE ORGANIZACIONES POPULARES POR LA INTEGRACIÓN SOBERANA
DECLARACIÓN FINAL DE LA CUMBRE
Un Conjunto de Movimiento Sociales, partidos políticos progresistas y de izquierda, dirigentes y militantes de diversa procedencia, comprometidos desde años en la lucha contra el modelo neoliberal en nuestro continente, convocados en la ciudad de Tucumán el 27, 28 y 29 de junio de 2008, en el Encuentro de Organizaciones Populares por la Integración Soberana, en días previos a la Cumbre de Presidentes del Mercosur declaramos:
1) Desde principio de este siglo soplan vientos de cambio en América del Sur, en este nuevo período histórico hemos recuperado no pocos resortes de nuestra soberanía y de nuestros recursos naturales; se ha iniciado la construcción de un nuevo proceso de integración y empezamos a desarrollar a nivel regional herramientas políticas, económicas y sociales para beneficio de nuestros pueblos. Esto no hubiera sido posible sin la firme y determinante convicción de los Movimientos Sociales y Organizaciones Populares -mujeres feministas, pueblos originarios, pobladores de las barriadas populares, sindicatos, ambientalistas, movimientos negros, defensores de la diversidad sexual, movimientos juveniles y estudiantiles, de los ámbitos académicos, de la cultura y de los derechos humanos- de nuestra región que apuntalaron este proceso de Integración Regional, interviniendo con ideas y propuestas para la construcción de alternativas, dándole continuidad a la movilización antineoliberal que en los ’90 y principios de esta década nos permitió –entre otros logros- ser protagonistas de las luchas que culminaron con la derrota del ALCA, en aquella ya casi lejana pero inolvidable tarde lluviosa de Mar del Plata.
Fue esa persistencia en resistir a la avalancha neoliberal y reaccionaria de los años 90 la que nos permitió abrir una nueva etapa. Inspirados en el ejemplo permanente de la resistencia y la vigencia de la Revolución Cubana, los Movimientos Sociales e y las organizaciones populares, fuimos decisivos en la secuencia de victorias político-electorales iniciadas en 1998 con el triunfo de Hugo Chávez en Venezuela y que tuvo su expresión más reciente el pasado 20 de abril con la elección de Fernando Lugo en Paraguay. Que tantos países de nuestra región – a más de los dos ya mencionados, Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Uruguay – ensayen gobiernos que en mayor o menor medida se alejan de las recetas económicas neoliberales, pero que en todos los casos bregan por la integración regional como alternativa a la sumisión al imperialismo norteamericano, confirma lo dicho por el presidente ecuatoriano Rafael Correa, respecto a que estamos frente a un verdadero “cambio de época”.
Desde diferentes apreciaciones seguimos apostando a la movilización popular para sostener nuestros reclamos, bregando por abrir genuinos mecanismos de participación, aportando desde nuestras posiciones a la construcción de nuevos instrumentos que han dado a luz en los últimos años, como el Banco del Sur, el ALBA, los TCP, el relanzamiento de la UNASUR, los avances y retrocesos del MERCOSUR. A la vez que, mantenemos bien presentes las materias pendientes en cuanto a la profundización de la distribución de la riqueza y la recuperación plena de la soberanía sobre nuestros recursos naturales estratégicos; no hemos dejado de denunciar la continuidad de las ideas y acciones neoliberales allí donde se manifiestan, como por ejemplo la firma del TLC entre el MERCOSUR e Israel, ni de cuestionar todas las veces que los gobiernos progresistas han cedido a presiones de los sectores de poder que, reacomodándose en la nueva coyuntura, tratan de mantenernos dentro del viejo rol de meros proveedores de materias primas en el mercado mundial, y utilizando el chantaje de los capitales financieros internacionales sobre nuestros estados, intentan imponernos modelos energéticos y alimentarios que privilegian engrosar las ya enormes ganancias de las multinacionales .
2) En momentos en que los cambios producidos hacen sentir sus efectos positivos para la resolución de las necesidades de millones de compatriotas que fueron históricamente excluidos y postergados, y en el estrechamiento de las relaciones entre nuestros pueblos hacia la unidad latinoamericana y caribeña, asistimos a los redoblados intentos por parte de EE.UU. de readecuar su estrategia de intervención en la región, a partir de un nuevo plan de contrainsurgencia, beligerancia y desestabilización de los procesos populares. Uno de los elementos centrales y palpables de dicha decisión es el despliegue de la IV flota de guerra amenazando nuestros países.
El intento de recuperar la hegemonía norteamericana tiene como correa de transmisión a las poderosas minorías de nuestros países que ven afectados sus intereses y buscan detener estos procesos aún incipientes. Así promueven acciones para frenar las medidas que apuntan a redistribuir los ingresos provenientes de la explotación de los recursos naturales que ellos usufructuaron de manera excluyente durante siglos; intentan trabar por todos los medios a su alcance –que son muchos- las iniciativas para recuperar nuestra soberanía alimentaria, territorial, económica y política; impulsan conspiraciones para producir enfrentamientos y divisiones sobre falsos ejes entre nuestras naciones y pueblos; defienden a rajatabla la continuidad de las estructuras neoliberales buscando volver a reimplantar el funcionamiento a pleno del modelo de los 90, intentando forzar a nuestro gobiernos a los mecanismos de Librecomercio a través de los TLC, como el firmado entre el MERCOSUR e Israel.
Y aunque en los últimos años perdieron el control sobre varios de nuestros gobiernos como consecuencia de sucesivas derrotas electorales, no dejan de actuar para reconstituir alternativas políticas que disfracen su contenido reaccionario, promoviendo en varios de nuestros países acciones que intentan desestabilizar a los gobiernos progresistas elegidos democráticamente.
Esta ofensiva reaccionaria se verifica en escenarios diversos y a través de medios diferentes, como la revuelta conservadora contra el gobierno argentino de Cristina Fernandez liderada por la tradicional oligarquía agropecuaria representada por la Sociedad Rural, hoy defensora a ultranza de un modelo sojero que vacía de productores nuestros campos y destruye la riqueza natural de sus suelos; las acciones secesionistas de las minorías de Santa Cruz que buscan desestabilizar al presidente Evo Morales, para retener los beneficios que durante siglos les dio el uso excluyente de los recursos naturales de la Nación Boliviana; o la extensión de la guerra civil colombiana a Venezuela y Ecuador mediante sucesivas agresiones y provocaciones empujadas por el gobierno títere de Álvaro Uribe. (aquí podemos agregar breves referencias a otras situaciones similares en la región).
3) En este contexto de fuerte disputa, la posibilidad de responder con contundencia a esta ofensiva de la derecha y consolidar modelos de desarrollo al servicio de las necesidades de las mayorías allí donde se han instalado gobiernos progresistas, pasa por seguir avanzando con las transformaciones indispensables, muchas de las cuales aún no se han producido. Y donde gobiernan administraciones que continúan alineadas con las orientaciones políticas neoliberales que vienen de los EEUU para beneficiar a las multinacionales y las minorías locales, debemos fortalecer la resistencia promoviendo las correspondientes acciones desde el movimiento popular.
Así como los EE.UU. y las derechas del continente actúan en escenarios políticos distintos con orientaciones específicas para cada uno de ellos pero persiguiendo los mismos objetivos; desde los sectores populares debemos buscar las articulaciones indispensables que nos posibiliten coordinar acciones que aun cuando en su forma sean diferentes, apunten contra el enemigo común. Enemigo que por un lado busca destruir los logros obtenidos por la gestión de los gobiernos progresistas y de izquierda, y por otro, aplastar la resistencia popular criminalizando la protesta social allí donde rige la continuidad de las orientaciones neoliberales.
Las organizaciones populares del continente que llegamos a este Encuentro - mujeres y hombres, jóvenes y estudiantes, sindicalistas, profesionales, campesinos, ambientalistas, de los pueblos originarios, pobladores de los barrios humildes, del ámbito académico, de la cultura, de los derechos humanos-, queremos estrechar relaciones con el objetivo principal de articular agendas, confluyendo movimientos sociales y organizaciones políticas que venimos participando de los debates en la Alianza Social Continental y en el Foro de San Pablo, luchando en paralelo por los mismos objetivos, encontrándonos casi siempre peleando codo a codo del mismo lado de las trincheras.
Se trata de aprovechar esas experiencias, potenciándolas en una confluencia concreta para sacar las conclusiones indispensables que nos posibiliten alcanzar la unidad en la lucha para profundizar los cambios y derrotar definitivamente el neoliberalismo y concretar la construcción de un modelo alternativo, de nuestro propio modelo.
Nos urge encontrar los ejes comunes que nos permitan reeditar la unidad que alcanzamos en la Campaña Continental contra el ALCA, en la que pudimos juntar las fuerzas necesarias para vencer aquella propuesta neocolonial en condiciones políticas que eran mucho más desfavorables para el campo popular a las que hoy tenemos.
En tal sentido creemos imprescindible pronunciarnos por:
- Apoyo a la decisión del presidente Correa de impulsar la auditoria sobre la deuda externa de su país.
- Apoyar la declaración del Parlasur rechazando la retrógrada Directiva Retorno de la Unión Europea.
- Apoyo activo al proceso boliviano encabezado por el presidente Evo Morales.
- Impulsar la incorporación plena y definitiva de Venezuela al MERCOSUR.
- Rechazar profundamente la amenaza que significa el despliegue de la IV flota norteamericana sobre nuestros países.
- El rechazo al bloqueo a Cuba y la exigencia de libertad par a los 5 detenidos por EE.UU.
4) En esta dirección proponemos trabajar los siguientes ejes, en todos los casos partiendo de lo que ya se viene realizando -que es mucho-, buscando integrar lo producido desde los ámbitos políticos y sociales, tratando de generar ámbitos comunes allí donde sea posible, en los cuales –sin desconocer la importancia del debate- el objetivo fundamental sea encontrar acuerdos para la acción común:
Comunicación
Teniendo en cuenta el rol central que tienen los medios de comunicación masiva en Latinoamérica y el Caribe, es imperiosa una regulación democrática; para esto solicitamos la creación de una Red de Comunicadores Latinoamericanos para el fortalecimiento e integración soberana de todos los sectores de la Región, pidiendo a los gobiernos que se aborden políticas destinadas a crear y fortalecer las redes de organizaciones existentes.
Mujeres e Integración
- Exigir el cumplimiento de los derechos humanos de las mujeres. Entre ellos prevenir y combatir la trata de personas y la violencia de género, promover el cumplimiento de los derechos sexuales y reproductivos.
- Conformar una red de solidaridad entre las organizaciones sociales y de mujeres en Latinoamérica que permitan posicionarnos antes los intentos desestabilizadores de las derechas locales.
- Construir herramientas que posibiliten y fortalezcan la participación política de las mujeres en todos los ámbitos.
- Institucionalizar espacios donde las organizaciones sociales y de mujeres podamos incidir en las políticas publicas.
Derechos Humanos
- Unificación de las Políticas de memoria, Verdad y Justicia en Latinoamérica
- Crear un Instrumento de Investigación colectiva sobre el accionar del Plan Cóndor en América Latina que permita juzgar y condenar a los responsables de genocidio.
- Aportar al diseño de políticas educativas que permitan la construcción de una Memoria Latinoamericana y la Memoria permanente de los Derechos Humanos.
- Separar de los cargos públicos a las personas vinculadas al terrorismo de Estado.
- Declarar a las F.AR.C y E.L.N como grupos beligerantes, como forma de contribuir a la paz en Colombia.
- Repudio de las Leyes antimigratorias en Europa.
Conocimiento y Educación
- Creación de una instancia de sistematización de las experiencias de construcción de conocimiento de las organizaciones sociales.
- Creación de espacios que permitan compartir nuestras experiencias de construcción de sujetos políticos colectivos.
- Consideramos que ambas propuestas nos acercarán a la construcción de nuestra Identidad como región y que logrado ese nivel de conocimiento, operará como una lógica productora y profundizadora del proceso de integración.
Soberanía Alimentaria
- Defender la soberanía y seguridad alimentaria de nuestros pueblos
- Priorizar la producción nacional y garantizar el abastecimiento del mercado interno
- Más y mejor presupuesto para los pequeños y mediano productores
- No a la concentración de la tierra y el agua en manos de las empresas y los agroexportadores.
- Impulso a la preservación de las semillas. No a los transgénicos
5) Acordamos encontrarnos nuevamente en los marcos de la próxima reunión de presidentes del Mercosur a realizarse en Brasil en diciembre de 2008 y en el Foro Social Mundial que se llevará a cabo en Belem do Pará, Brasil en enero de 2009.
Saludamos la voluntad de todas y todos los participantes para construir este espacio de integración; espacio que busca transitar una nueva huella recogiendo otras anteriores, sosteniendo y profundizando los procesos populares que vive nuestra América
Tucumán, 29 de Junio de 2008
DECLARACIÓN FINAL DE LA CUMBRE
Un Conjunto de Movimiento Sociales, partidos políticos progresistas y de izquierda, dirigentes y militantes de diversa procedencia, comprometidos desde años en la lucha contra el modelo neoliberal en nuestro continente, convocados en la ciudad de Tucumán el 27, 28 y 29 de junio de 2008, en el Encuentro de Organizaciones Populares por la Integración Soberana, en días previos a la Cumbre de Presidentes del Mercosur declaramos:
1) Desde principio de este siglo soplan vientos de cambio en América del Sur, en este nuevo período histórico hemos recuperado no pocos resortes de nuestra soberanía y de nuestros recursos naturales; se ha iniciado la construcción de un nuevo proceso de integración y empezamos a desarrollar a nivel regional herramientas políticas, económicas y sociales para beneficio de nuestros pueblos. Esto no hubiera sido posible sin la firme y determinante convicción de los Movimientos Sociales y Organizaciones Populares -mujeres feministas, pueblos originarios, pobladores de las barriadas populares, sindicatos, ambientalistas, movimientos negros, defensores de la diversidad sexual, movimientos juveniles y estudiantiles, de los ámbitos académicos, de la cultura y de los derechos humanos- de nuestra región que apuntalaron este proceso de Integración Regional, interviniendo con ideas y propuestas para la construcción de alternativas, dándole continuidad a la movilización antineoliberal que en los ’90 y principios de esta década nos permitió –entre otros logros- ser protagonistas de las luchas que culminaron con la derrota del ALCA, en aquella ya casi lejana pero inolvidable tarde lluviosa de Mar del Plata.
Fue esa persistencia en resistir a la avalancha neoliberal y reaccionaria de los años 90 la que nos permitió abrir una nueva etapa. Inspirados en el ejemplo permanente de la resistencia y la vigencia de la Revolución Cubana, los Movimientos Sociales e y las organizaciones populares, fuimos decisivos en la secuencia de victorias político-electorales iniciadas en 1998 con el triunfo de Hugo Chávez en Venezuela y que tuvo su expresión más reciente el pasado 20 de abril con la elección de Fernando Lugo en Paraguay. Que tantos países de nuestra región – a más de los dos ya mencionados, Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Uruguay – ensayen gobiernos que en mayor o menor medida se alejan de las recetas económicas neoliberales, pero que en todos los casos bregan por la integración regional como alternativa a la sumisión al imperialismo norteamericano, confirma lo dicho por el presidente ecuatoriano Rafael Correa, respecto a que estamos frente a un verdadero “cambio de época”.
Desde diferentes apreciaciones seguimos apostando a la movilización popular para sostener nuestros reclamos, bregando por abrir genuinos mecanismos de participación, aportando desde nuestras posiciones a la construcción de nuevos instrumentos que han dado a luz en los últimos años, como el Banco del Sur, el ALBA, los TCP, el relanzamiento de la UNASUR, los avances y retrocesos del MERCOSUR. A la vez que, mantenemos bien presentes las materias pendientes en cuanto a la profundización de la distribución de la riqueza y la recuperación plena de la soberanía sobre nuestros recursos naturales estratégicos; no hemos dejado de denunciar la continuidad de las ideas y acciones neoliberales allí donde se manifiestan, como por ejemplo la firma del TLC entre el MERCOSUR e Israel, ni de cuestionar todas las veces que los gobiernos progresistas han cedido a presiones de los sectores de poder que, reacomodándose en la nueva coyuntura, tratan de mantenernos dentro del viejo rol de meros proveedores de materias primas en el mercado mundial, y utilizando el chantaje de los capitales financieros internacionales sobre nuestros estados, intentan imponernos modelos energéticos y alimentarios que privilegian engrosar las ya enormes ganancias de las multinacionales .
2) En momentos en que los cambios producidos hacen sentir sus efectos positivos para la resolución de las necesidades de millones de compatriotas que fueron históricamente excluidos y postergados, y en el estrechamiento de las relaciones entre nuestros pueblos hacia la unidad latinoamericana y caribeña, asistimos a los redoblados intentos por parte de EE.UU. de readecuar su estrategia de intervención en la región, a partir de un nuevo plan de contrainsurgencia, beligerancia y desestabilización de los procesos populares. Uno de los elementos centrales y palpables de dicha decisión es el despliegue de la IV flota de guerra amenazando nuestros países.
El intento de recuperar la hegemonía norteamericana tiene como correa de transmisión a las poderosas minorías de nuestros países que ven afectados sus intereses y buscan detener estos procesos aún incipientes. Así promueven acciones para frenar las medidas que apuntan a redistribuir los ingresos provenientes de la explotación de los recursos naturales que ellos usufructuaron de manera excluyente durante siglos; intentan trabar por todos los medios a su alcance –que son muchos- las iniciativas para recuperar nuestra soberanía alimentaria, territorial, económica y política; impulsan conspiraciones para producir enfrentamientos y divisiones sobre falsos ejes entre nuestras naciones y pueblos; defienden a rajatabla la continuidad de las estructuras neoliberales buscando volver a reimplantar el funcionamiento a pleno del modelo de los 90, intentando forzar a nuestro gobiernos a los mecanismos de Librecomercio a través de los TLC, como el firmado entre el MERCOSUR e Israel.
Y aunque en los últimos años perdieron el control sobre varios de nuestros gobiernos como consecuencia de sucesivas derrotas electorales, no dejan de actuar para reconstituir alternativas políticas que disfracen su contenido reaccionario, promoviendo en varios de nuestros países acciones que intentan desestabilizar a los gobiernos progresistas elegidos democráticamente.
Esta ofensiva reaccionaria se verifica en escenarios diversos y a través de medios diferentes, como la revuelta conservadora contra el gobierno argentino de Cristina Fernandez liderada por la tradicional oligarquía agropecuaria representada por la Sociedad Rural, hoy defensora a ultranza de un modelo sojero que vacía de productores nuestros campos y destruye la riqueza natural de sus suelos; las acciones secesionistas de las minorías de Santa Cruz que buscan desestabilizar al presidente Evo Morales, para retener los beneficios que durante siglos les dio el uso excluyente de los recursos naturales de la Nación Boliviana; o la extensión de la guerra civil colombiana a Venezuela y Ecuador mediante sucesivas agresiones y provocaciones empujadas por el gobierno títere de Álvaro Uribe. (aquí podemos agregar breves referencias a otras situaciones similares en la región).
3) En este contexto de fuerte disputa, la posibilidad de responder con contundencia a esta ofensiva de la derecha y consolidar modelos de desarrollo al servicio de las necesidades de las mayorías allí donde se han instalado gobiernos progresistas, pasa por seguir avanzando con las transformaciones indispensables, muchas de las cuales aún no se han producido. Y donde gobiernan administraciones que continúan alineadas con las orientaciones políticas neoliberales que vienen de los EEUU para beneficiar a las multinacionales y las minorías locales, debemos fortalecer la resistencia promoviendo las correspondientes acciones desde el movimiento popular.
Así como los EE.UU. y las derechas del continente actúan en escenarios políticos distintos con orientaciones específicas para cada uno de ellos pero persiguiendo los mismos objetivos; desde los sectores populares debemos buscar las articulaciones indispensables que nos posibiliten coordinar acciones que aun cuando en su forma sean diferentes, apunten contra el enemigo común. Enemigo que por un lado busca destruir los logros obtenidos por la gestión de los gobiernos progresistas y de izquierda, y por otro, aplastar la resistencia popular criminalizando la protesta social allí donde rige la continuidad de las orientaciones neoliberales.
Las organizaciones populares del continente que llegamos a este Encuentro - mujeres y hombres, jóvenes y estudiantes, sindicalistas, profesionales, campesinos, ambientalistas, de los pueblos originarios, pobladores de los barrios humildes, del ámbito académico, de la cultura, de los derechos humanos-, queremos estrechar relaciones con el objetivo principal de articular agendas, confluyendo movimientos sociales y organizaciones políticas que venimos participando de los debates en la Alianza Social Continental y en el Foro de San Pablo, luchando en paralelo por los mismos objetivos, encontrándonos casi siempre peleando codo a codo del mismo lado de las trincheras.
Se trata de aprovechar esas experiencias, potenciándolas en una confluencia concreta para sacar las conclusiones indispensables que nos posibiliten alcanzar la unidad en la lucha para profundizar los cambios y derrotar definitivamente el neoliberalismo y concretar la construcción de un modelo alternativo, de nuestro propio modelo.
Nos urge encontrar los ejes comunes que nos permitan reeditar la unidad que alcanzamos en la Campaña Continental contra el ALCA, en la que pudimos juntar las fuerzas necesarias para vencer aquella propuesta neocolonial en condiciones políticas que eran mucho más desfavorables para el campo popular a las que hoy tenemos.
En tal sentido creemos imprescindible pronunciarnos por:
- Apoyo a la decisión del presidente Correa de impulsar la auditoria sobre la deuda externa de su país.
- Apoyar la declaración del Parlasur rechazando la retrógrada Directiva Retorno de la Unión Europea.
- Apoyo activo al proceso boliviano encabezado por el presidente Evo Morales.
- Impulsar la incorporación plena y definitiva de Venezuela al MERCOSUR.
- Rechazar profundamente la amenaza que significa el despliegue de la IV flota norteamericana sobre nuestros países.
- El rechazo al bloqueo a Cuba y la exigencia de libertad par a los 5 detenidos por EE.UU.
4) En esta dirección proponemos trabajar los siguientes ejes, en todos los casos partiendo de lo que ya se viene realizando -que es mucho-, buscando integrar lo producido desde los ámbitos políticos y sociales, tratando de generar ámbitos comunes allí donde sea posible, en los cuales –sin desconocer la importancia del debate- el objetivo fundamental sea encontrar acuerdos para la acción común:
Comunicación
Teniendo en cuenta el rol central que tienen los medios de comunicación masiva en Latinoamérica y el Caribe, es imperiosa una regulación democrática; para esto solicitamos la creación de una Red de Comunicadores Latinoamericanos para el fortalecimiento e integración soberana de todos los sectores de la Región, pidiendo a los gobiernos que se aborden políticas destinadas a crear y fortalecer las redes de organizaciones existentes.
Mujeres e Integración
- Exigir el cumplimiento de los derechos humanos de las mujeres. Entre ellos prevenir y combatir la trata de personas y la violencia de género, promover el cumplimiento de los derechos sexuales y reproductivos.
- Conformar una red de solidaridad entre las organizaciones sociales y de mujeres en Latinoamérica que permitan posicionarnos antes los intentos desestabilizadores de las derechas locales.
- Construir herramientas que posibiliten y fortalezcan la participación política de las mujeres en todos los ámbitos.
- Institucionalizar espacios donde las organizaciones sociales y de mujeres podamos incidir en las políticas publicas.
Derechos Humanos
- Unificación de las Políticas de memoria, Verdad y Justicia en Latinoamérica
- Crear un Instrumento de Investigación colectiva sobre el accionar del Plan Cóndor en América Latina que permita juzgar y condenar a los responsables de genocidio.
- Aportar al diseño de políticas educativas que permitan la construcción de una Memoria Latinoamericana y la Memoria permanente de los Derechos Humanos.
- Separar de los cargos públicos a las personas vinculadas al terrorismo de Estado.
- Declarar a las F.AR.C y E.L.N como grupos beligerantes, como forma de contribuir a la paz en Colombia.
- Repudio de las Leyes antimigratorias en Europa.
Conocimiento y Educación
- Creación de una instancia de sistematización de las experiencias de construcción de conocimiento de las organizaciones sociales.
- Creación de espacios que permitan compartir nuestras experiencias de construcción de sujetos políticos colectivos.
- Consideramos que ambas propuestas nos acercarán a la construcción de nuestra Identidad como región y que logrado ese nivel de conocimiento, operará como una lógica productora y profundizadora del proceso de integración.
Soberanía Alimentaria
- Defender la soberanía y seguridad alimentaria de nuestros pueblos
- Priorizar la producción nacional y garantizar el abastecimiento del mercado interno
- Más y mejor presupuesto para los pequeños y mediano productores
- No a la concentración de la tierra y el agua en manos de las empresas y los agroexportadores.
- Impulso a la preservación de las semillas. No a los transgénicos
5) Acordamos encontrarnos nuevamente en los marcos de la próxima reunión de presidentes del Mercosur a realizarse en Brasil en diciembre de 2008 y en el Foro Social Mundial que se llevará a cabo en Belem do Pará, Brasil en enero de 2009.
Saludamos la voluntad de todas y todos los participantes para construir este espacio de integración; espacio que busca transitar una nueva huella recogiendo otras anteriores, sosteniendo y profundizando los procesos populares que vive nuestra América
Tucumán, 29 de Junio de 2008
1 comentario:
Hola,soy venezolana y conoci de esta pag por que un amigo argentino me la envio yo estuve en Tucuman me parece bien interesante que desde todos los rincones de la tierra nos estimule el deseo de justicia y paz para lo pueblos, pero para ello debemos jugar seriamente a la integración de ellos ya que peleamos por los mismos intereses justicia social.
Jeisel A.
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