16.9.06

Ellos contra el Pueblo


Una vez mas la politiquería de los que nunca contaron con el apoyo del pueblo, un 8% residente de lo que fuera la expresión política del movimiento nacional y popular pretende por arte de la judicialización de la política traicionar el principal mandato de Perón y Evita, la voluntad popular.
El pueblo se pronunció claramente el setiembre de 2003 y en setiembre de 2005 votando cambios, el primero fue la alternancia del poder comunal en manos hasta entonces del Partido Radical y luego votó un cambio, dejando a la vieja dirigencia del peronismo bonaerense con solo un 8% de los votos, frente al 30% del FPV.
Estos politiqueros, lejos de acatar el mandato del pueblo conspiraron formando una nueva Unión Democrática, donde algunos dirigentes del radicalismo golpearon la puerta de la fiscalía en lugar de los cuarteles, patéticamente acompañados por una perimida dirigencia política peronista que busca en escritos jurídicos lo que siempre le negaron las urnas.
La militancia del movimiento nacional y popular no se engaña con argucias jurídicas, sabe que tarde o temprano llega la hora de los pueblos y cuando se oiga su voz estos falsos dirigentes populares caerán en el olvido. Lo que no debe quedar en el olvido para los justicialistas con convicciones ideológicas es que quienes ahora se alinean acomodaticiamente en el Frente para la Victoria: Obiol, Breitenstein y Larraburu son los que jugaron en contra del proyecto de la Provincia en Octubre de 2005 propugnando el voto al Duhaldismo, y a sólo meses de ese evento saltan de un lado a otro sin vergüenza y volverán a saltar las veces que sea necesario para sus ambiciones de sillones personales.
Sabemos que no todos los peronistas afiliados el PJ bonaerense se sienten representados por las palabras de estos viejos dirigentes y sabemos que la mayoría de los seguidores de Leandro Alem prefieren la revolución del parque a la de los tribunales, por eso repudiamos el comunicado emitido por una cúpula partidocrática, antipopular e irrepresentativa de la voluntad del movimiento, que comulga con la exclusión de los necesitados de la asistencia social, la compulsiva afición recaudatoria que permita la fiesta del reparto de cargos, la inacción en la presencia del gobierno en lo que es su obligación y la negación del verdadero sentido de la Doctrina Nacional.
No permitamos que los leones se vistan de pastores, que los neoliberales se pongan el disfraz del frentismo para saciar sus ambiciones y sigan destruyendo, paralizando, licuando los proyectos de los habitantes de Bahía Blanca.

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