CUÁNDO Y CÓMO ES POSIBLE UNA RECONCILIACIÓN.-

Bahía Blanca, 8 de octubre de 2006.-

Días pasados algunos sectores vinculados a un pasado triste, violento y criminal, pidieron una reconciliación. Válida es esta posición para cristianos y humanistas; pero, para que exista una reconciliación deben darse ciertas condiciones y la principal es que haya perdón. El perdón nos lleva inevitablemente a la verdad, ya que para perdonar hace falta saber la verdad, reconocerla, asumir la culpa, aceptar el castigo, hacer la firme voluntad de no cometer nuevamente la falta y pedir el perdón, solo así estarían dadas las condiciones que nos permitirían una reconciliación.
Por lo tanto a quienes buscan la reconciliación les decimos: primero que confiesen, así miles de familias podrán cerrar heridas abiertas por la desaparición de sus seres queridos, así quienes fueron despojados de sus bienes podrán comenzar a pensar en un futuro, así miles de torturados podrán empezar a olvidar el infierno que vivieron y así quienes aún hoy no tienen su verdadera identidad podrán reconstruir su pasado y sus lazos familiares; después: que acepten el castigo que les impone la ley con todas las garantías y derechos que ellos negaron a miles de personas; que en su acto de contricción juren que no volverán a hacerlo, pero por algo que le sea sagrado, porque quien mancilló un uniforme y el juramento de servir a la Patria que es servir a su pueblo, convirtiéndose en verdugo y sometiendo a ese pueblo no tiene mucho sobre lo cual jurar que sea creíble; por último que pidan perdón, pero a sus víctimas, a los familiares de las victimas, un pedido de perdón verdadero, un pedido sincero. Cumplido esto la reconciliación sería posible.
No podemos reconciliarnos sin saber que pasó con los desaparecidos, sin saber en donde están sus hijos nacidos en cautiverio, sin saber quienes se beneficiaron con estos crímenes, sin que los culpables tengan sus castigo: el justo castigo de la ley, no la venganza del ojo por ojo, no el revanchismo ciego de inflamadas pasiones, ese castigo necesario para que luego quien pida perdón no lo haga en busca de impunidad, sino en busca de la reconciliación que reclaman.


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