6.4.09

El liderazgo póstumo radical, por Ezequiel Reina

Adelante Radicales!



Me enteré de la muerte de Raúl Alfonsin en medio de una reunión. Lo primero que pensé y también dije, es que se había muerto “el último de los mohicanos”, con él cerrábamos el cajón y dejábamos adentro lo que quedaba de la Unión Cívica Radical.
Como buen ser humano , los pronósticos me pueden fallar. Esta vez, no fue la excepción.

Los medios de comunicación, con una brillante cobertura, por tres días consecutivos (aunque algunos siguen todavía) hicieron alusión a la vida, obra y gobierno de Alfonsín: la ética, la transparencia, la honestidad, en fin, los valores con que se lo conoció al Padre de la democracia moderna en Argentina.

Los correligionarios salieron a despedir a su líder y con ellos, desempolvaron las banderas rojas y blancas, las tradicionales boinas y todo el fervor que desde el triunfo de la Alianza en el 99 no se veía. Un nuevo actor social aparecía en escena: la militancia radical, la misma que en su tiempo constituyó junto al peronismo el Boca-River de la política y que desde la huida en helicóptero de Fernando De la Rúa, no volvió a ser la misma: La candidatura de Leopoldo Moreau a la presidencia por la lista 3 no trascendió, la de Luis Brandoni a Senador en el 2005 mucho menos, y estoy seguro que la mayoría del padrón electoral no recuerda que hace apenas dos años, Ricardito Alfonsin (el hijo de Raúl) fue candidato a gobernador de la provincia.
Tras haberse alejado importantes cuadros, como lo fueron López Murphy, Carrió y más tarde Stolbizer, no quedó dentro del radicalismo una figura relevante a nivel nacional y sólo mantuvo su poderío en aquellas zonas donde se convirtió en una tradición votarlo. Por si esto fuera poco, la UCR expulsó a varios de sus integrantes por apoyar o colaborar con el gobierno de Kirchner, encontrándose entre esos desertores, Julio Cobos, cuya historia reciente todos conocemos (o lo conocimos a partir de ella) y que luego su votación en contra de la resolución 125, pasó a ser la joya mas deseada.
Su rol en los funerales de la semana pasada, mucho más trascendental que el del mismísimo presidente de la UCR y su aparición con figuras como Terragno, Storani y el mismo Gerardo Morales, despejaron todo tipo de dudas: Cobos vuelve a su casa y, al ser el radical mas “destacado”, con mas llegada a la gente que cualquier otro, podría presidir el comité nacional. En palabras del vicepresidente, antes de morir, Alfonsín le habría pedido que vuelva, siendo esta una decisión fundamental en vistas a las próximas elecciones, a las cuales el centenario partido concurrirá en un frente común junto a la Coalición Cívica.
La gente de Elisa Carrió en la provincia, al ser la segunda fuerza política, tenía hasta el momento del fallecimiento del lider radical, la mayor de las facultades para la confección de las listas: Stolbizer encabezaba, y el tan polémico segundo lugar tendría que ser ocupado por alguien que vaya mucho mas allá del armado electoral, no estaba en la cabeza de nadie que un miembro de la UCR vaya a ocuparlo, debido a su poca trascendencia. La conmoción nacional y la importancia que se le otorgó a Raúl Alfonsín patearon este tablero, y el nombre de su hijo Ricardo, aquel que fue candidato a gobernador en las elecciones pasadas pero que casi nadie se enteró, mediría demasiado bien sobre todo en los clásicos bastiones radicales. Un claro ejemplo de un recurso electoral nada original: la aportación de apellido.
De esta manera, haciendo honor a su liderazgo y después de haber fallecido, Raúl Alfonsín, el radical que sacrificó en varias oportunidades su gobierno en pos de la consolidación democrática, hizo su última jugada y le devolvió la gente y la imagen a su partido. Bienvenidos compañeros radicales, nuevamente a las mayorías.

Ezequiel Reina
Agrupacion Encuentro Militante
Bahia Blanca

1 comentario:

Ezequiel dijo...

Cra. Violeta:La proxima publicacion llevará una foto mia vestido de punk, ajaaj