Qué es "ser peronista en Bahia"???, por Eze Reina

En las últimas horas el candidato que encabeza la lista de diputados provinciales por el Frente Justicialista para la Victoria, más allá de reconocer que no comparte la ideología justicialista a pesar de estar afiliado al partido, dio una definición bastante singular acerca de lo que es “Ser Peronista” en nuestra ciudad: gestionar para conseguir obras, es decir entonces, un mero trámite burocrático.

Me gustaría saber la opinión de esos militantes históricos bahienses que tuve la oportunidad de conocer, los cuales, a pesar que en muchos casos no accedieron a una sola función pública, no fueron candidatos, ni recibieron sueldos del Estado, siguieron firmes a sus convicciones trabajando por el otro, participando en instituciones (sociedades de fomento, clubes, centros de ayuda) , dando lo mejor de sí con el sólo objeto de aportar su granito de arena para mejorar la calidad de vida de sus vecinos. De esta manera, llevando adelante las banderas que muchos creen enterradas y que son las que esgrimieron con su mística militante las banderas de Perón y Evita.

En nuestra ciudad, mientras que para unos “ser peronista”, es un sentimiento, una vocación, para otros es una condición mal vista, que da lugar a una infinita serie de prejuicios, dogmas, consideraciones degradantes que hacen referencia a la posición que uno adopta por el sólo hecho de seguir sus principios, su forma de ver la realidad “no oficial”. Es ante eso, en primer lugar, a lo que nos sometemos los peronistas que no ocupamos cargos públicos y seguimos la doctrina nacional y popular.

Además de esto, también tenemos que tolerar que muchos hablen en nombre de nosotros, representando a nuestro partido y escondiéndose detrás de nuestras insignias, sin compartir en lo más mínimo lo que constituye nuestra identidad, nuestra ideología y nuestra mística, las cuales debatimos y defendemos en la calle, en el almacén o en cualquier otro lugar dónde tengamos voz para hacerlo.

Porque creemos en la participación, en el compromiso social, esencialmente, en nuestros valores como peronistas.

Tras el proceso de degradación, de vaciamiento ideológico que el PJ sufrió hacia los 90, lejos de convertirse en la institucionalización del movimiento, se convirtió en una herramienta más de este sistema, como parte de la alianza de con quienes se encontraban en nuestras antípodas ideológicas, que fueron la base para el desarrollo de las políticas más antiperonistas, con el agregado que se llevaron a cabo con las fotos de nuestros líderes y con la marcha de fondo : privatizaciones, destrucción de la industria, congelamiento de salarios, un Estado ausente que dejó todos en manos del mercado, siguiendo las directivas del consenso de Washington.

Lamentablemente, con el paso de los años, con el fin meramente estructural del menemismo, las afiliaciones al Partido Justicialista de esos años que incluyeron posiciones para nada identificadas con los postulados del peronismo (muchos ex Ucedé) y hoy, a pesar de la confianza que se han ganado el Cro. Kirchner y la Cra. Cristina por parte de quienes militamos en el justicialismo, estos actores hoy también son candidatos y nos vuelven a representar, pero sólo desde el punto estrictamente formal.

Tal vez sea por esto, entre muchas otras cosas, que un gran sector de la militancia, que no piensa en la política meramente como una cuestión electoral con acceso a un sueldo del Estado, no integre orgánicamente el PJ, además que a muchos tampoco les interesa que lo hagamos.

Como las convicciones pesan más fuerte, los que manejan el aparato y carecen de ellas, pueden llegar a perderlo.